Marketing Deportivo México

Mil Máscaras: una leyenda viviente

El longevo luchador cumplió 78 años esta semana, de los cuales 55 los ha dedicado al pancracio siendo de los primeros que impulsó su imagen más allá del ring a través del marketing deportivo a todo el mundo

Raúl Cruz
staff@mktdeportivomx.com
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   El multifacético Mil Máscaras no sólo es una leyenda de la lucha libre, es todo un personaje que rompió fronteras e impulso su imagen más allá de la lucha libre.
   Desde sus inicios y de la mano de su creador Valente Pérez, el Mil hizo del marketing deportivo un aliado para crear todo un mito mucho antes de subir por primera vez a un cuadrilátero y creó toda una figura enigmática que conquistó al público desde el primer momento en que se supo de su existencia.
   Con cualidades únicas para su época y con el refuerzo de la publicidad en los diarios, revistas y el cine, el oriundo de San Luis Potosí (15 de julio de 1942) supo capitalizar su presencia física y estilo de luchar para convertirse en el primer embajador de la lucha libre a nivel mundial, en especial en Japón, donde continúa siendo toda una estrella, sin olvidar que dejó huella en varios países de Europa y nuestro vecino Estados Unidos.
   El longevo gladiador, quien cumplió 78 años esta semana, 55 de ellos dedicados al pancracio, es el artífice del último intento por mostrar el arte de gotch desde otra perspectiva en la pantalla grande con sus filmes «La verdad de la Lucha Libre» (1998) y «La Llave Mortal» (1990).
   En diferentes modalidades el mítico gladiador hace honor al concepto de multifacético, ya que en su momento se dedicó a la tauromaquia, beisbol y al fisicoculturismo, además de cantar ópera y hasta incursionar en la política. Incluso, hace unas semanas lanzó la venta de productos oficiales en línea en su página web.
   Miembro del Salón de Fama de la WWE desde 2012, el también llamado Míster Personalidad puede considerarse como el luchador en activo con mayor edad y años de trayectoria dentro del pancracio nacional y mundial, seguido muy de cerca por sus contemporáneos Canek y su hermano Dos Caras.
   En la actualidad el Mil Mascaras y su marketing deportivo lo ayudan a seguir vigente y así como su nacimiento fue un enigma, enmarcado por la publicidad, el adiós de los cuadriláteros sigue siendo una incógnita, la cual también se refuerza con todo tipo de difusión que recibe este gladiador, lo que solo agranda su mito día a día y fortalece su concepto de leyenda eterna.
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Web: https://milmascarasoficial.com/
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Pequeños fanáticos, potenciales consumidores

A veces la pasión por el deporte se hereda desde muy temprana edad, sin embargo, también se llega a adoptar y no precisamente por la afición de familiares y amigos, sino por el impacto que tienen los deportistas y los patrocinadores a través del marketing deportivo

Elías González | @elijahmx
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   Aún no caminaba, apenas daba unos pasos pero ya tenía un balón cerca del pie por mi afición al deporte. Igual apenas pronunciaba algunas palabras propias de su edad, sin embargo, para mi sorpresa -y de todos- comenzó a patear la pelota como «Ibrahimovic», sí el sueco Zlatan que él empezó a ver en la televisión cuando tenía año y medio. Su nombre lo pronunció sin mayor problema.
   Hoy ya no es nada más Zlatan, también están un Cristiano, Neymar, Messi, Dybala, Marcelo, Keylor, Buffon, Benzema, Bale, Buffon, Iniesta, Salah, sin olvidar claro a los mexicanos Chucky, Chicharito, Herrera, Raúl, Tecatito… y por supuesto Caraglio, Elías, Marchesín, Barovero, Corona y una extensa lista de futbolistas que, en algún momento, «adopta» en el patio de la casa, jugando «FIFA», la escuela o la cancha.
   Y no todo es futbol, también existen los Monster Jam, las motos de Red Bull, el Súper Bowl de la NFL; la lucha libre con el Dr. Wagner, LA Park, El Hijo del Santo, Blue Demon Jr., la WWE, el box con el Canelo… y detrás de toda esa maquinaria deportiva y publicitaria le siguen la Fórmula 1, el tenis, el golf, el rally, etcétera.
   De todo eso ha visto fragmentos en la televisión, también ha asistido a estadios o arenas y así como él, un pequeño que inicia la primaria, hay cientos y miles de niños y niñas que están expuestos a un bombardeo constante de información en cualquier lugar: en la calle ven anuncios, en la escuela imitan a sus compañeros, en la casa ven la tele o juegan con sus hermanos mayores en internet. Ejemplos hay muchos.
   ¿Es bueno o malo? Depende del enfoque que cada uno quiera ver, pero la realidad es que ese segmento de niños y jóvenes, en el caso de México la cifra es de más de 39 millones de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años según la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), esto es 32.8 por ciento de la población del país.

 

 

   En mayor o menor medida, ellos son auténticos clientes potenciales para las marcas deportivas, lo mismo para comprar un juego de video que el uniforme de su equipo favorito. Su gusto -heredado o adoptado, es lo de menos- es evidente.
   Si es bueno o malo que un niño se forme un expectativa en torno a un deporte o a su ídolo ante la inmensa cantidad de información que recibe a través de todos los medios habidos y por haber, depende de cómo se mire. Finalmente, en la actualidad todos estamos expuestos a ese bombardeo y al final, como siempre, el «cliente es el que tiene la última palabra».
   Este martes es 30 de abril, Día del Niño, y como sucede casi siempre, se hace hasta lo imposible por celebrar y reconocer a los reyes de la casa y aunque quizá no se toma mucho en cuenta, basta darse una vuelta al centro comercial y las tiendas especializadas para encontrar todo tipo de ofertas enfocadas a los niños y niñas y sí, son camisetas, balones, mochilas, gorras, loncheras, zapatos, tenis, termos…
   Los patrocinadores, desde aquellos que tienen firmadas a las grandes estrellas y presumen su presencia en todo el mundo, hasta los que apuestan por el mercado local, saben que el deporte es un activo que puede generar no solo un retorno de inversión, sino que se convierte también en un enlace entre la marca y el consumidor, aún más en una época en que el marketing deportivo, fortalecido con las plataformas digitales, es el pan de cada día.
   Además, los sponsors no solo participan en el segmento deportivo con todo tipo de eventos, también aprovechan esa proyección que solo el deporte y los deportistas tienen; ahora, para expandir el área de negocio aparecen en temas de espectáculo, entretenimiento y arte y cultura y así como los vemos en las vallas de un estadio de futbol, también en el escenario de un concierto o los pendones de un teatro.
   Para las marcas y patrocinadores no solo de trata de números, también de generar lealtad y de paso cautivar a más consumidores y justo los niños y jóvenes forman parte de ese cliente potencial, el público está afuera y el reto a la vista. Por eso, invierte en el deporte.
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