#mktdeportivomx
Un partido de la NFL en México es más que un juego oficial, más que un espectáculo deportivo, es un negocio de millones de dólares en el que participan desde el vendedor de souvenirs afuera del Estadio Azteca – oficiales o no- hasta quienes firman los convenios para que este tipo de eventos se realicen: liga, iniciativa privada, gobierno y patrocinadores, todos juegan un rol que aspira a completar un touchdown financiero.
La cancelación del #MondayNightFootball entre Chiefs y Rams este año por el mal estado de la cancha del Azteca pasó del enojo y frustración, a la resignación y la esperanza en cosa de días. El partido que sería en nuestro país en el puente del 20 de Noviembre, se realizó en Los Ángeles.
Paradójicamente, dicho juego fue histórico al ser el primero en la historia de la NFL en que los dos equipos sumaron más de 50 puntos al quedar 54-51 a favor de los locales, además de registrar el tercer partido con más unidades, con 105, y claro, el encuentro en lunes con más puntaje hasta ahora, entre otros datos que se quedan ya en las estadísticas a nivel de cancha.
Mientras, en México, miles de fanáticos enfrentaban la resignación de no asistir al Azteca -y muchos más que habrían abarrotado bares, restaurantes, hoteles, etcétera-, sin olvidar el daño colateral a la imagen del país y los ajustes del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) y la misma Secretaría de Turismo (Sectur), pues estos partidos han sido clave en la estrategia de diversificación de la industria turística nacional.
En el 2016, por ejemplo, cuando se jugó el primer Monday Night Football fuera de Estados Unidos con el duelo Raiders de Oakland ante Texans de Houston, la derrama económica ascendió a 45 millones de dólares por las «actividades previas, durante y después del encuentro», con una asistencia de 76 mil 473 espectadores según reportes oficiales. Para el 2017 la cifra fue de 78 mil 790.