Marketing Deportivo México

Por el mero gusto de cabalgar

La Gran Cabalgata de Sabinas, Coahuila, es un vivo ejemplo de lo que la afición por los caballos -y lo que representan- puede generar

J. Antonio González S. | @JAGS1973DF
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   La primera vez que me invitaron a una cabalgata la verdad tuve muchas preguntas: desde la vestimenta, la comida, bebida… Soy originario de la Ciudad de México ahora vecino del norte de Coahuila y mi contacto más cercano con un caballo fue en una feria, creo en Texcoco y de eso ya tiene varios años.
   Al hablar de una cabalgata se entiende como excursión a caballo en convivencia con la naturaleza, aunque también puede ser un desfile de jinetes, el cual se realiza por algún día especial. En México son muy comunes las cabalgatas, todo comienza con una misa o bendición, luego el recorrido, ya sea de un tirón o con paradas programadas, terminando en una gran fiesta. Cuentan las historias que por los años 1600 las clases sociales estaban muy divididas y solo la gente pudiente participaba en las cabalgatas, las damas de la sociedad lucían atuendos nuevos, propios de elegancia y distinción, montadas en bellos corceles acompañadas de  jinetes con trajes de alcurnia que denotaban su estatus.
   En mi caso, el día de la Gran Cabalgata de Sabinas todo comenzó a las 6:00 horas, dirigiéndonos rumbo al rancho donde arrancaríamos. Tras recorrer más de media hora de terracería con plantas desérticas en ambos lados del camino, llegamos al  punto de salida y para mi sorpresa ya había decenas jinetes y carretas.
   A las 8:00 inició la ceremonia religiosa y al terminar la bendición de carretas y caballos comenzó la cabalgata en la carreta asignada para completar un trayecto de 30 kilómetros sobre terracería con vista a un lago artificial creado por una minera; de inmediato encendieron algunas bocinas, otros sacaron sus guitarras y “¡a darle compa!”, dijeron. Viajar en carreta fue increíble, el golpeteo del camino aún lo recuerda mi espalda, pero en definitiva aunque sea una vez en la vida, hay que hacerlo: el olor a tierra, al campo, la polvareda, una experiencia turística única y gratis que mejor.
   Esto es parte de lo que cada año se genera en la región gracias a la afición por los caballo y un ejemplo reciente es que el 2016 marcó un récord para una de las cabalgatas más tradicionales de la región, con más de 16 mil participantes de la región como Piedras Negras, Acuña, 5 Manantiales, Monclova, Múzquiz, Frontera, así como de Monterrey, Nuevo León, y de la zona sur de Estados Unidos, y se estima que más de 63 mil espectadores.
   Durante el recorrido, aunque todos en una fila, algunos jinetes se adelantan galopando para convivir con amigos y de las mismas carretas te ofrecen café, pan de maíz, tamales, gorditas rellenas de guiso, chicharrón y los tradicionales tacos de machacado en harina, acompañados de la soda o refresco y la bironga o cerveza.
   Al compás de música norteña, los corridos y también las bandas, recorrimos los más de 30 km y para las 12:30 llegamos rodeados de muchas amazonas al rancho y nos encontramos con decenas de carpas de una reconocida marca de cerveza, así como mobiliario ya instalado, ya olía a carne asada, salchichas y guisos, una auténtica fiesta gracias a los caballos.
   Y aunque toda la comida y bebida fue literal, gratis, la realidad es que la inversión que se mueve en este tipo de actividades dista mucho de ser olvidada, pues comprende desde el mantenimiento de los caballos, los accesorios que se utilizan para cabalgar y, por supuesto, el personal que trabaja día a día con ellos.
   Es aquí donde la pasión se une con el deporte y, de paso, fomenta la derrama económica para comunidades vecinas que hacen de una fiesta un modelo de desarrollo que favorece el desarrollo social y cultural por el mero gusto de hacerlo: más de 79 mil personas entre jinetes y público lo avalan.
Ejemplo
Inversión promedio para participar en estas cabalgatas en la zona norte del país:
Caballo mestizo
$8 a 15 mil
Alimentación básica mensual
$2 mil 500
Cuidados básicos mensuales
$2 mil
Caballeriza
$800
Silla
$3 mil
Freno
$300-500
Riendas
$500 en adelante
Reata 
$200 en adelante
Botas
$800

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