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La primera vez que me invitaron a una cabalgata la verdad tuve muchas preguntas: desde la vestimenta, la comida, bebida… Soy originario de la Ciudad de México ahora vecino del norte de Coahuila y mi contacto más cercano con un caballo fue en una feria, creo en Texcoco y de eso ya tiene varios años.
Al hablar de una cabalgata se entiende como excursión a caballo en convivencia con la naturaleza, aunque también puede ser un desfile de jinetes, el cual se realiza por algún día especial. En México son muy comunes las cabalgatas, todo comienza con una misa o bendición, luego el recorrido, ya sea de un tirón o con paradas programadas, terminando en una gran fiesta. Cuentan las historias que por los años 1600 las clases sociales estaban muy divididas y solo la gente pudiente participaba en las cabalgatas, las damas de la sociedad lucían atuendos nuevos, propios de elegancia y distinción, montadas en bellos corceles acompañadas de jinetes con trajes de alcurnia que denotaban su estatus.
En mi caso, el día de la Gran Cabalgata de Sabinas todo comenzó a las 6:00 horas, dirigiéndonos rumbo al rancho donde arrancaríamos. Tras recorrer más de media hora de terracería con plantas desérticas en ambos lados del camino, llegamos al punto de salida y para mi sorpresa ya había decenas jinetes y carretas.
A las 8:00 inició la ceremonia religiosa y al terminar la bendición de carretas y caballos comenzó la cabalgata en la carreta asignada para completar un trayecto de 30 kilómetros sobre terracería con vista a un lago artificial creado por una minera; de inmediato encendieron algunas bocinas, otros sacaron sus guitarras y “¡a darle compa!”, dijeron. Viajar en carreta fue increíble, el golpeteo del camino aún lo recuerda mi espalda, pero en definitiva aunque sea una vez en la vida, hay que hacerlo: el olor a tierra, al campo, la polvareda, una experiencia turística única y gratis que mejor.
Esto es parte de lo que cada año se genera en la región gracias a la afición por los caballo y un ejemplo reciente es que el 2016 marcó un récord para una de las cabalgatas más tradicionales de la región, con más de 16 mil participantes de la región como Piedras Negras, Acuña, 5 Manantiales, Monclova, Múzquiz, Frontera, así como de Monterrey, Nuevo León, y de la zona sur de Estados Unidos, y se estima que más de 63 mil espectadores.