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Después del Mundial 2002 en Corea, donde asumió la titularidad en la Selección Nacional, Óscar “Conejo” Pérez logró sumar patrocinios como Pepsi, Voit, Duracell, BlockBuster, Comex, Umbro y Nivada, que en ese entonces le dejaban ganancias de 70 mil dólares mensuales.
Su disciplina, carisma y su estilo al estar alejado de los reflectores motivó que se convirtiera en el protagonista de dichas marcas, que veían en él una buena figura, incluso para el público infantil.
Después de esa etapa vino una baja de juego y el “divorcio” con Cruz Azul lo alejó de las revistas y comerciales, sin embargo, su trabajo, dedicación y profesionalismo dentro y fuera de las canchas, le dejó otro recuerdo ahora con los Tuzos de Pachuca, pues basta recordar que en el 2016 al menos cien hidalguenses colocaron su nombre en las boletas electorales durante la elección para gobernador del estado. Esa es la confiabilidad que el “Conejo” ha dejado como marca.