#mktdeportivomx
Con 18 años de edad, Jhony Corzo mostró al mundo su compromiso deportivo y una intensa entrega en cada una de las etapas en las que participó hasta lograr ser campeón del ISA World Surfing Games 2017 en la categoría abierta la última semana de mayo en Biarritz, Francia.
El resultado, la histórica medalla de oro para México, es reflejo de diversos y complejos procesos a través de los cuales asumió múltiples retos y compromisos para la construcción de un cuerpo y mente aptos para resistir altas demandas físicas y psicológicas, en este caso, dentro y fuera del mar.
El término compromiso deportivo, según Jaenes-Sánchez (2009) hace referencia a la “implicación del individuo con las personas y con las actividades en las que se interesa y participa”, es decir, nos invita a pensar desde el plano de la subjetividad por qué existe una gran relación entre la personalidad del o la deportista y el deporte, mismo que se ve reflejado en sus creencias, motivaciones, intereses, valores y actitudes
En el caso del alto rendimiento, el compromiso deportivo se configura desde una estructura de la subjetividad en la que toma relevancia la aspiración y “deseo de ganar”, así como de alcanzar posibilidades ilimitadas en la disciplina misma. Es decir, si bien es característico de la práctica deportiva una orientación competitiva, en el deporte de alto rendimiento se manifiesta el deseo no sólo de competir, sino de triunfar. (Vneshtogizdat, 1990, p.10).
Es común valorar el rendimiento de los deportistas únicamente desde sus manifestaciones más visibles, como pueden ser el entrenamiento técnico, táctico o el desarrollo de las capacidades físicas, sin embargo, el análisis sería muy reducido si no pensáramos aquello que, sin ser visible, es imprescindible: la subjetividad. El análisis del compromiso deportivo justamente nos permite hacerlo.