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¿Retas o no retas?

Hablar de género y deporte permite ver y analizar los estereotipos, prejuicios y estigmas que se tienen hoy en día pero se rompen cuando de armar la reta se trata

Tania Jiménez Narcia | @tanjnarcia
staff@mktdeportivomx.com
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   Desde la tribuna (machista) les murmuraban a ellas de cerquita y de lejos que no saltaran, que no corrieran, que no jugaran tazos, que no patearan una pelota porque se podían lastimar, que usaran falda (pero debajo de las rodillas), que se quedaran sentaditas y quietas. Que su lugar era la cocina, planchando, limpiando y atendiendo al otro, que no podían disfrutar de su cuerpo ni conocer qué es lo que les gusta y lo que no, que antes de hablar deberían pensar muchas veces lo que dirían, que no podían salir de sus casas hasta que no se casaran.
   Y desde la otra tribuna (también machista), se exigía que los niños y hombres no expresaran lo que sentían porque es de débiles, que no podían llorar ni renunciar, que debían ser proveedores, que bailar es de niñas y que deben aguantar lo que sea a toda costa, por ejemplo, las novatadas. ¡El último en llegar es niña! ¡Le pegas como nena! ¡Pareces vieja! ¡Eeeehh… pu….! y otras frases o albures se ponen en juego dentro de una cancha, en la calle…y en realidad… en cada minuto de la vida cotidiana.
   Pero hablemos de tener un equipo completo, un equipo que involucre a las mujeres y a los hombres, un equipo que pueda ver sus debilidades, las desigualdades y exigencias culturales para después poder tomar decisiones que aporten y que permitan mejorar.
   Que desde cualquier lugar del estadio o de la cancha se pueda ver el juego completo, las dos partes. Es decir, que haya un juego de ida y vuelta y que la revancha no se enfoque en el marcador final y en los números si no en lo que se mejoró, en lo que se aprendió, en lo que se debe de trabajar.
   Para contextualizarnos mejor, hagamos un pequeño viaje hacia el pasado, pensando por ejemplo en la participación de las mujeres en las actividades físico-deportivas, como la londindense Charlotte Cooper, la primera mujer en ganar el oro olímpico en París 1900 en tenis individual. O Katrine Switzer, la primera mujer en participar en el Maratón de Boston en 1976, agredida incluso por su participación. Y en pleno Siglo 21 el encuentro histórico en la NFL con Jen Welter (ex coach de los Cardinales) y Sarah Thomas como árbitra.
   A la par, otra lucha representativa en este ámbito ha sido romper los estereotipos de que las mujeres son “machorras” y los hombres son “macho alfa” o “afeminados” según el deporte que decidieron poner en práctica. ¿Qué relación habría que tener entre la orientación sexual y el deporte que se ha decidido practicar? Justamente hablar de género y deporte permite ver y analizar los estereotipos, prejuicios y estigmas que se tienen en esta realidad social hoy en día.
   En palabras de la doctora Tania Rocha “hasta ahora lo que ha prevalecido es una mirada binaria de la sexualidad porque supone que existen dos polos, dicotómicos y excluyentes”, entonces el silencio impera para pertenecer a un equipo y que no afecte el que se pueda participar en eventos nacionales o internacionales según cada caso cuando existe una gran diversidad que da lugar a ser lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual o intersexual (LGBTTI).
   Pensemos en el cortometraje “I love Hoolligans”, dirigido por Jan Dirk Brown y Joost Jansen, que expone una situación compleja de que la homosexualidad no es aceptada y el aficionado se tiene que reprimir para seguir asistiendo a ver a su equipo. O destacar algunos casos que muestran al mundo su lucha por la diversidad sexual, tal como el futbolista Michael Sam, el clavadista Tom Daley o el basquetbolista Jason Collins, quien declaró en el 2013: «Tengo 34 años, soy negro y soy gay», y le siguen la destacada futbolista Casey Stoney, las mexicanas Bianca Sierra y Stephany Mayo o el boxeador puertorriqueño Orlando Cruz, quien utilizó arriba del ring un calzoncillo multicolor invitando a romper paradigmas. Y qué decir de la exatleta María José Patiño, quien, “a pesar de contar con todas las características físicas de una mujer, salió con un cromosoma X y uno Y en la prueba reglamentada para ubicarla en una categoría de competición, razón por la cual fue descalificada y le quitaron sus medallas previas bajo el argumento de haber hecho trampa” (http://ciencias.jornada.com.mx/2017/06/26/es-necesario-romper-paradigmas-para-entender-la-diversidad-sexual-2916.html)
   Pero hay victorias que se ganan poco a poco. Hoy Omaira Perdomo, voleibolista transgénero, logró el reconocimiento y participación de manera regular en la liga de volibol español en noviembre del año pasado.
   Es por ello que en las retas no hay un tiempo determinado, se rige por la ley de la diversión y la defensa de escuchar la voz de todas y todos. La comunicación es una de las características más importantes. Todas y todos se ponen de acuerdo cuándo y hasta dónde puedes agarrar la bola con la mano, cuál es fuera de juego, cómo hacer los equipos más parejos, cómo hacer que todas y todos jueguen, cuándo gritar ¡ gol gana!, etcétera.
   Entonces… tomando como ejemplo las retas en el futbol ¿qué posición queremos jugar? Abajo de los tres palos, o sea desde la portería, se tiene una mirada completa de cómo está parado el equipo y cómo van posicionándose de tal manera las y los otros que se puede evitar o provocar un hecho…
   La defensa: esta posición está encargada de no permitir que lleguen al área y desde ahí se pueden anticipar las jugadas, permite dar calma, mirar al frente y alrededor y en ocasiones regresar al área chica (portería) o ir hacia enfrente y no detenerse. Esta posición tiene una lectura del juego con un objetivo particular de que no llegue el balón, de que no se haga daño…
   Quien ocupa la «zona media» tiene una doble función: la primera de «ir hacia el frente»: hay un firme objetivo de avanzar y avanzar, pero su segunda función es distribuir, cubrir y crear jugadas que provoquen otros resultados… resultados favorables.
   Y también encontramos quien está «en la punta», es decir quienes quieren/ pueden jugar en la zona delantera para definir…
   Así, ¿cuáles van a ser nuestras posiciones? ¿Será que podamos armar un sistema de juego nosotros? Desde la universidad, desde los barrios y colonias, desde la administración pública, desde la iniciativa privada ¿desde dónde?
   Afortunadamente, el tiempo de compensación invita a crear nuevas jugadas, una táctica y una estrategia para romper el sistema actual y mejorar… ¿retas o no retas?
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