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El tiempo parecía detenerse cuando Carlos Hermosillo estaba por enfrentar a Ángel David Comizzo. Era el domingo 7 de diciembre de 1997 en el Nou Camp de León, y una diferencia de once pasos significaba terminar con una racha sin título de 17 años y medio del Cruz Azul.
Hoy, faltan 10 meses para que el equipo de La Noria cumpla dos décadas de frustraciones, fracasos y decisiones que lo único que le han ganado son sobrenombres como el “subcampeonísimo” o adjetivos como “cruzazulear”.
En este lapso desfilaron ya 14 técnicos, entre los que resalta Sergio Markarián, quien regresó al Cruz Azul a una final de liga después de nueve años y con quien rompió las rachas de finales perdidas al ganar la Copa Panamericana ante Boca Juniors.
Sin embargo, ni él, ni Memo Vázquez, Enrique Meza, Luis Fernando Tena o Benjamín Galindo, lograron concretar la ansiada novena estrella que la afición exige, y aún más en estos tiempos en que se conmemoran los 53 años de historia del club.
Pero la crisis de la Máquina no para ahí. Después del liderato general del Torneo Clausura 2014 la caída libre inició y en los últimos dos años y medio no ha clasificado a la liguilla y apenas logra sumar 104 puntos, lo que provocó que en este Clausura 2017 se encuentre ente los últimos lugares en la tabla porcentual del descenso.
Este es el saldo de un largo desfile de jugadores, directores deportivos y propuestas que no han terminado por cuajar en los proyectos que la directiva ha inventado y reinventado para devolver la grandeza al conjunto de La Noria, en donde las decisiones extracancha ya vencieron en más de una ocasión a las deportivas.
Basta recordar al ariete veracruzano, Carlos Hermosillo, quien en la víspera del último fracaso declaró que “desde que yo salí del club, vengo escuchando que habrá una reestructuración y no la veo. Si ya cambiaste de directores deportivos, jugadores y técnicos, ¿dónde está el problema entonces?”.
Y parece que tiene razón porque fórmulas no han faltado, tanto en los estilos como en las inversiones; incluso se probó con un técnico como Tomás Boy, distinguido por su forma aguerrida de dirigir y que acabó en los últimos partidos sentado en la banca, esperando un milagro para que llegaran los resultados; ahora con la llegada del técnico español Paco Jémez al parecer la historia no ha cambiado.